Hacia una civilización centrada en Dios
Según Sukyo Mahikari, una solución eficaz para mejorar la situación de nuestro mundo actual sería unir esfuerzos con el objetivo de construir una civilización basada en los principios fundamentales. Según esta visión, los seres humanos podrán combinar lo espiritual con el desarrollo material y el progreso, poniendo los valores espirituales y la fe en Dios en el centro de sus vidas.
Para ayudar a alcanzar el objetivo de construir lo que Kotama Okada llamaba “la civilización Yoko”, una civilización equilibrada, armoniosa y positiva, Sukyo Mahikari propone diferentes actividades, como las descritas a continuación.
La agricultura de la Luz radiante
En los albores del siglo XXI, los efectos de la contaminación en el medio ambiente y en el cuerpo físico de los seres humanos se han convertido en temas preocupantes para el futuro de la humanidad.
La asociación promueve Yokonoen (agricultura de la Luz radiante), un enfoque espiritual de la horticultura y la agricultura ecológicas. El objetivo de Yokonoen es ayudar a la tierra a recuperar su estado original y así disponer de cultivos llenos de vitalidad y energía espirituales.
El proyecto Yokonoen comprende:
- La revitalización del suelo por la Luz divina
- Actuar con un corazón positivo (agradecimiento) hacia la naturaleza, especialmente hacia la tierra y las plantas, así como hacia sus microorganismos.
- El uso de compost y métodos naturales para no utilizar productos químicos de síntesis.
Yokonoen es practicado por los miembros voluntarios en el mundo.
Salud
En general, el enfoque occidental actual de la salud no tiene en cuenta la dimensión espiritual. Sin embargo, esta actitud está cambiando poco a poco. Sukyo Mahikari transmite principios para ayudar a las personas a obtener un estado más saludable.
Acompañar a los jóvenes en su desarrollo
Sukyo Mahikari aboga por una educación de los jóvenes que les permita tomar conciencia de que son hijos de Dios y les anime a actuar en consecuencia.
Para que los jóvenes se animen a desarrollar una comprensión espiritual de su verdadera naturaleza y de sus responsabilidades como hijos de Dios, es importante que los padres y los educadores traten también de evolucionar espiritualmente. Con su elevación espiritual, padres y educadores pueden de forma natural ser personas que transmitan una actitud positiva que pueda ayudar a los jóvenes a que tengan más seguridad y confianza en ellos mismos y en los demás, y a que sean más respetuosos y alegres.
Gracias a la toma de conciencia y a la puesta en práctica de los valores universales por parte de los jóvenes, creemos que serán capaces de construir una civilización paradisíaca en la Tierra a lo largo del s. XXI.
Ciencia
El desarrollo de la ciencia y la tecnología ha sido uno de los logros más impresionantes de la historia reciente. Sin embargo, muchas personas han podido observar que se han tomado ciertas decisiones importantes sobre el uso de la ciencia y de la tecnología sin haber calculado bien sus efectos sobre el futuro de los seres humanos y del medio ambiente.
Cuando Kotama Okada fundó la organización de Mahikari en 1959, se dio cuenta de que solo unos pocos científicos de la época podían apreciar o comprender las revelaciones divinas que él había recibido. A pesar de ello, perseveró en sus esfuerzos por dar a conocer las enseñanzas a los científicos y a otros especialistas. Decía a menudo que los científicos y los religiosos deberían trabajar juntos para identificar los principios universales que puedan explicar los diferentes fenómenos.
50 años después, se han confirmado varias de las predicciones que Kotama Okada había hecho sobre callejones sin salida con los que el mundo se encontraría. Gracias a nuevas investigaciones en los campos de la física actual y de otras ciencias, hay cada vez más científicos que han desarrollado una actitud más abierta hacia la espiritualidad.
Uno de los objetivos de Sukyo Mahikari es ayudar a ampliar el debate sobre el impacto de la ciencia y de la tecnología en los seres humanos, no solo a nivel físico sino también a nivel espiritual. De esta manera, Sukyo Mahikari confía en aportar una contribución positiva a los científicos de nuestra época y a otras personas en el seno de la sociedad ayudando a cultivar un enfoque más espiritual.
Economía
En la época actual, la riqueza y el poder económico son codiciados en la mayor parte del mundo. Una de las consecuencias de esta actitud es que una gran cantidad de recursos naturales y de formas de vida en la naturaleza son despiadadamente explotadas sin pensar mucho en la suerte de las futuras generaciones.
Actualmente, la mayor parte de decisiones importantes están dominadas por consideraciones de orden económico. Con la globalización, apenas hay manera de escapar de las consecuencias de las decisiones tomadas. El medio apropiado para resolver los problemas económicos es integrar valores espirituales y éticos en la economía. Hemos de tener en cuenta a las generaciones futuras y elegir un modo de vida en armonía con la naturaleza, utilizando, por ejemplo, los recursos de la tierra de forma sostenible.
Los múltiples recursos materiales y los dones fecundos de la naturaleza existen sobre todo para permitir a los seres humanos crear en la Tierra un mundo paradisíaco. Kotama Okada explicó que la voluntad de Dios era que los recursos naturales se repartan equitativamente de acuerdo a las necesidades de cada uno, y que los seres humanos debían expresar siempre su naturaleza innata de hijos de Dios siendo generosos.
Sukyo Mahikari anima a las personas a consumir productos de proximidad, tomando conciencia de que muchos recursos naturales son limitados y a evitar cualquier despilfarro, usando los bienes materiales juiciosamente.
Cooperación con otras organizaciones
Otro objetivo de Sukyo Mahikari es promover el diálogo entre miembros de diferentes religiones como medio eficaz para superar las barreras que hay entre las personas.
En agosto de 2000, Sukyo Mahikari fue uno de los patrocinadores de la Cumbre Mundial de la Paz del Milenio de Líderes Religiosos y Espirituales que se celebró en la sede de la ONU en Nueva York. A nivel individual, se anima a los miembros a que participen en actividades con las que todas las religiones están de acuerdo, como la limpieza del entorno, la reforestación y la participación en diferentes actividades asociativas.
En mayo de 2008, Sukyo Mahikari participó en el Tercer Foro de la Red Mundial de Religiones a favor de la Niñez (“Global Network of Religions for Children”, GNRC) que tuvo lugar en Hiroshima (Japón). Participaron en el foro unos quinientos responsables religiosos, representantes de UNICEF, de la UNESCO y de otras agencias de la ONU, y más de cuarenta jóvenes. El foro fue una ocasión para lanzar iniciativas interculturales e interreligiosas.
Todas las religiones y organizaciones espirituales tienen una contribución importante que aportar para aceptarse entre ellas y asistirse mutuamente para ayudar a los seres humanos a profundizar su fe. Hoy en día, en varias zonas del mundo, la cooperación entre diferentes religiones y organizaciones espirituales es cada vez más habitual, y el deseo de establecer la paz es un fenómeno que se va extendiendo. Cuando esto ocurre es una noticia maravillosa para la humanidad.
Existen caminos diversos, pero una única Verdad, que es Dios. Kotama Okada decía que el mundo sería mucho mejor si cada uno hiciera el esfuerzo de ser uno de los mejores practicantes de su propia religión, ya que, en el fondo, cada religión es una parte del todo.
El Instituto de Investigación para la Civilización Yoko
A fin de crear un mundo mejor para todos, es importante compartir las sabidurías y los conocimientos, y trabajar por objetivos comunes. En 1973 Kotama Okada fundó la Asociación para la Investigación sobre la Civilización Yoko porque deseaba la existencia de un foro apropiado en el que se pudieran compartir diferentes ideas y se pudieran identificar valores comunes. Esa asociación precedió al Instituto de Investigación para la Civilización Yoko, inaugurado por la Sra. Keishu Okada en 1985.
El Instituto de Investigación para la Civilización Yoko promueve la investigación y el diálogo sobre la integración de los valores espirituales en la ciencia actual, la medicina, la agricultura, la economía, la educación, la política y en otros campos. También organiza conferencias nacionales e internacionales.
A día de hoy, se han organizado en Takayama tres conferencias internacionales. En 1986 el tema de la conferencia fue “Construir el futuro de la humanidad”. En 1989 el tema fue “¿Qué significa ser humano?”, y en la conferencia de 1999 se debatió sobre “La vida y el medio ambiente”.
En 2005 se celebró una cuarta conferencia internacional en la isla de Awaji, Japón. El lema fue “Ciencia y religión en tiempos de crisis”. Más de treinta expertos eminentes de Japón, Europa y EE.UU., incluyendo físicos, científicos, ecologistas y teólogos, profundizaron sobre el papel de la ciencia y de la religión en relación con las numerosas crisis a las que la humanidad se enfrenta en los albores del s. XXI. Aunque no se llegó a ningún consenso concreto, la conferencia fue un éxito vistas sus intenciones, que eran ayudar a ensanchar el diálogo entre ciencia y religión, así como sugerir a los representantes de estos ámbitos que tomaran en consideración nuevas dimensiones en sus investigaciones.
En 1993 tuvo lugar en Luxemburgo una conferencia internacional cuyo tema fue “Las responsabilidades humanas en los albores del s. XXI”. En 2008 tuvo lugar en Sao Paulo, Brasil, una conferencia de América Latina cuyo tema fue “La vida y el medio ambiente”.
El Instituto organiza también conferencias de menor alcance, simposios y seminarios. Así, por ejemplo, en junio de 2010 tuvo lugar en Takayama, Japón, un simposio sobre el tema “Agricultura ecológica y convencional. Hacia una nueva agricultura”.
En 1994, la sección europea del Instituto, en colaboración con representantes de la ciudad y de iglesias de Asís, Italia, organizó en el ayuntamiento de dicha ciudad un seminario sobre el tema “Valores espirituales: la esperanza para la Humanidad”.
El Museo conmemorativo Hikaru
El Museo conmemorativo Hikaru (Hikaru Kinenkan, Museo de la Luz) se encuentra en las afueras de Takayama, a pocos kilómetros de Suza. Fue inaugurado oficialmente el 8 de abril de 1999 por la Sra. Keishu Okada.
Además de conmemorar la vida y obra del Maestro Kotama Okada, el museo tiene una sala sobre la historia del mundo en la que se exponen una colección de obras de arte que provienen de las principales civilizaciones antiguas (Mesopotamia, Grecia, Egipto, Valle del Indo, China, América Central y los Andes). En ella se muestra la manera como las antiguas civilizaciones expresaban su deseo de venerar a Dios. También hay una exposición de objetos de alfarería de la antigua era Jomon, de Japón.
Hay otra sala reservada al estudio de la historia geológica de Hida-Takayama, en la que se encontraron algunos de los más antiguos fósiles y formaciones rocosas de Japón. Además, se pueden admirar exposiciones temporales de arte japonés procedentes de la colección permanente del museo. Hay también un programa continuo de exposiciones procedentes de préstamos de otros museos.